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domingo, 27 de marzo de 2011

Visita Presidencial


Después de casi 2 años de la Cumbre de las Américas, el último acercamiento de Estados Unidos a la región, en marzo de 2011 se realizó una vista del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, a tres países de América Latina, entre ellos El Salvador.

Hay que recordar que la región centroamericana ha estado relacionada a Estados Unidos, desde el mismo inicio de su vida independiente, pasando por consideraciones como “repúblicas bananeras” y llamados a una alianza regional o meras denominaciones como “patio trasero”. Precisamente, reconociendo la nueva realidad global, caracterizada por la existencia de riesgos sistemáticos e interconectados de distintas materias, en el ámbito regional destacan los cuatros temas siguientes: seguridad, política, economía y migración.

El primer desafío es sobre la seguridad. A partir de 1980, Estados Unidos y Centroamérica realizaron políticas conjuntas de seguridad, y a casi 30 años, los altos niveles de inseguridad a nivel regional obligan al relanzamiento de una política regional de lucha contra las drogas y el crimen organizado.  Estos nuevos escenarios, además de $200 millones de dólares, requieren la armonización de los tratados e instituciones regionales, entre ellos el Tratado Marco de Seguridad Democrática en Centroamérica y la Comisión de Seguridad de Centroamérica, para facilitar el trabajo coordinado, que incluya, entre otros, a productores y consumidores de las drogas. 

El segundo desafío es político e institucional. Los Acuerdos de Paz de 1992 y 1996, en El Salvador y Guatemala, constituyen un hito del proceso de democratización y fortalecimiento institucional en Centroamérica, fundamentándose en la división de poderes,  elecciones libres y justas, y el respeto a los derechos humanos. Sin embargo, la participación electoral de la esposa del Presidente de Guatemala, la postulación del Presidente de Nicaragua, y el quiebre constitucional en Honduras en 2009 constituyen señales de advertencia sobre la debilidad institucional en la región. De manera que, Estados Unidos y Centroamérica deben promover las reformas necesarias a la Carta de la OEA, de 1948, para fortalecer las instituciones democráticas de la región.

El tercer desafío es económico. Las reformas económicas y los acuerdos comerciales, en especial el CAFTA en 2006, ratificaron una nueva etapa del intercambio comercial regional al establecer reglas claras al comercio internacional. La globalización conlleva un acuerdo de excelencia implícito entre los países, para lo cual es importante el apoyo a la innovación y educación, precisamente, uno de los resultados de la vista del Presidente de Estados Unidos son las propuestas regionales para la prosperidad, que abarcan proyectos para microcréditos, energía y cambio climático.

El último tema sensible de la región son los inmigrantes, de importancia para Estados Unidos, por su rol como votantes, y para Centroamérica, como emisores de remesas. De forma que, se requiere una apuesta integral en el ámbito económico, político y social, ya que a pesar de la voluntad política mostrada por el presidente de Estados Unidas, solamente un alcance de este tipo permitirá encontrar una solución estable, y no meros acuerdos temporales.

La visita de Obama es un reconocimiento a las nuevas dinámicas en Centroamérica, y es un recordatorio que el futuro de la región es responsabilidad de los centroamericanos. ADESA invita a los actores políticos, sociales y económicos a tomar su responsabilidad y trabajar en forma conjunta para implementar acciones que fortalezcan las instituciones democráticas, protejan la libertad individual e igualdad de oportunidad, y fomenten el desarrollo económico y social de la sociedad, en fin, que sea posible “construir un hemisferio en el que todos puedan tener la esperanza de un estándar de vida apropiado, en el que todos puedan vivir su vida con dignidad y libertad” (Kennedy, 1961).

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